martes, octubre 13, 2009
Sobre el baile
Es entonces que tomo un poquito de ti sin arrugas ni dolores ni poemas en mi boca, blanco el pensamiento e intentado eliminar lentamente partes de otros en mi cabeza, y me arrastro criatura reptante en pliegues de tu cuerpo mientras nos reímos por algo que dije [hoy no puedo recordar], conforme mis dedos -inexpertos, no me crees- acarician tu cuerpo una y otra vez, sorprendidos por su súbita erudición los diez, los veinte. Los cuarenta. Me siento sofocado y yo intuyo que también tú lo sientes de ese modo, hago una pausa y tu aliento no es frío ni cálido ni tibio, ha escapado de cualquier temperatura en esta tierra tan hermosa a 23 grados eternos, yo ya tengo 21 y de eterno no me quedó ni la idea, absorto en la temporalidad tantas veces, tantas palabras escritas al viento sobre la naturaleza de nuestro tiempo juntos, pero no en ese momento, porque en ese momento se me ha prohibido estar absorto, pensando o lo que fuera; en ese momento siento que mi cuerpo está bailando, aunque digas que no es ninguno de mis diecisiete talentos, condenado a estar sentado oh un burro amarrado en la puerta del baile o quizás en medio de la fiesta, burro al fin y al cabo, está bailando de un modo que es desconocido pero una familiaridad tan extraña como repentina me lleva a pensar que seguramente sabe algo que yo no sé, algún conocimiento que no le ha enseñado nadie, velado al despertar consciente o acaso el maldito aprende muy rápido y tan rápidamente evitas que yo abra la boca y hable de eso -no arruines el momento, tanto me conoces para saber cuando decirme, stop- pues mis ojos suelen delatarme, o quizás mis labios esta vez, separándose lentamente cuando soy silenciado por otros que saben expresarse mejor que yo y empiezas a comerme en partes, no encuentro mejor manera de decirlo, Sebastián comido en partes, Sebastián en mil pedazos de su corazón en una habitación sin cuatrocientos golpes, tan sólo cuarenta dedos en un cuerpo que se mueve a un ritmo absurdo para él y el encanto de la novedad desaparece apenas por un segundo brevísimo...
- Yo-yo quisiera fotografiar el momento.
- Enfermo.
- No, no, o sea, fotografiar el instante del estado mental, la certeza absoluta de como me siento ahora, la pasajera sensación de---
Y nuevamente los labios que hablan mejor que yo me silencian devorándome, de otro modo imposible descripción, de este modo una simplificación que es sospechosa pero las palabras son -tantas veces te lo digo- son una comunicación menor, un rebajarse de nuestros actos a veintisiete caracteres permutados pero, repito, no son caracteres ni comunicación ni letras los que dulcemente me pierden en el baile donde los mejores instantes son los de imposible descripción y tal vez por eso lo de fotografía mental, tal vez por eso miro unos instantes al vacío cuando hay felicidad en el aire y la comparación no tiene sentido, ella que eres tú comiéndome y yo que soy él en un festín frugal, marca de ouroboros o catenaria simple que se balancea entre esos dos parantes que ya son los dos cuerpos parte o todo, integrante o equipo, bien en un ligero susurro al oído, las cosas que son las más hermosas porque nacen del instante jamás planificado y sientes que...
- Sigue.
- [ ]
Sientes que levitas y te alejas cada vez más rápido, cada vez más al ritmo de tu cuerpo del que te estás yendo, no es un abandono sino que presientes tan sólo una despedida brevísima La petite mort o la de verdad no se puede saber sin ser monje o francés pero enloqueces cuando a cada ocasión el ramalazo, el torrente, la ráfaga te golpea suavemente a veces en las rodillas o quizás también al final de la espina, tan suave y tan rítmicamente ambos, tan fuerte y tan desincronizados ambos, al principio y al final una palabra que se utiliza con tanta levedad en estos tiempos para tantas cosas que sé a qué me puedo referir cuando la sintonía es compleja entre los dos parantes que ya son una catenaria oh dios mío oh dios mío quisieras pensar o decir pero rara vez es Dios en el que pensamos en ese momento que tan próximo ya y las palabras que
- ...
- Ah.
Las palabras que tan próximas alguna vez no son ahora más que ideas olvidadas en un lugar en el que no estás o estás solo o estás con alguien y el cuerpo ya no eres tú, tu cuerpo soy yo, lo sé y mi cuerpo eres tú, si pudiera decírtelo en ese momento, mi cuerpo eres tú tú tú allí al final que es un principio o una muerte o lo mismo sin importancia, lamentable traducción a palabras esos momentos que tú. Esos momentos que yo. Esos momentos que tú.
Biyuinfo!
- This is Spartaaaa xD
- Me encanta True Faith, de New Order.
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1 comentario:
no esta tan perv XD digamos q esta normalito.
fiufiufiu tu cuerpo ya no te pertenece eh xD
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