jueves, octubre 29, 2009

D & G I [First Date]


- Por favor cuéntamelo otra vez.

"Cómo es que este momento existe?" era una de las cosas que, mirando para atrás, yo debería haberme preguntado en ese momento de febrero, moviendo los brazos arrítmicamente en un pálido ejercicio de baile, con el humo de su cigarrillo flotando por todo el ambiente, esos lentes empañados que él ya se había sacado e insistía en revisar que no hubieran caído una y otra vez, siempre tan terriblemente miope. Pero no; en lo que yo pensaba era en la canción con la que en cierto modo, siento que se le puede dar un principio a toda la historia. Kela Gates y Los Belking's empezó [empieza] lentamente en un piano negrísimo y viejo, las teclas amarillentas y un intérprete en similar estado de antigüedad sin ser una ruina, imagínatelo, era la primera vez que yo veía algo así en persona, tan cerca que casi puedo [podría] estirarme y tocar el hombro del caballero, así de cerca está. Sentados en una de las mesas más cercanas al escenario, me distraigo un poco jugando con mis dedos, sin saber como romper el hielo. La canción es vieja, le digo a Dani. La canción es vieja, a mi mamá le gusta esa canción, pero es la primera vez que la escucho en piano, Dani.

- En serio? Es la primera vez que vas a La Bóveda?
- Eh... no, primera vez que veo al pianista, es nuevo, no?
- Si por nuevo entiendes lo que ha pasado en Arequipa los últimos diez años, sí pues, nuevísimo, nuevísimo.

Me sentí tan avergonzada de ser capturada en una mentira tan ingenua, que pensé por un momento "Debería de retirarme, escapar, fugar?", pero Dani no me dijo nada. Esa tarde él estaba más preocupado mirando a todos lados, buscando un mozo que nunca llegaba a acercarse a nosotros, un toreo nocturno, ya veías al mozo acercándose a dos metros y ¡olé! nos esquivaba tan hábilmente que forzosamente algo tendría contra los dos. Fue una manera fantástica de salvar la conversación que tan malamente inicié, empezar a reírnos y compartir todas aquellas ocasiones que nos habían toreado en un local cualquiera, en la Universidad, sí, un toreo en toda regla, ya estás preparada para empezar cualquier cosa y... ¡olé! Tienen una manera de escaparse, mozos, profesores y gente que no hace su parte del trabajo por igual. Pasados unos diez minutos, él se paró de la mesa. "Discúlpame un segundo, esto está tan lleno que seguro el mozo tardará Mil Horas en notarnos", me dice Dani, yendo al mostrador a pedir una carta, y yo me quedo pensando en Calamaro y Los Abuelos de la Nada, por lo de Mil Horas; bonita canción, no? Se me ocurrió que sería una coincidencia fantástica que en la calle también estuviera lloviendo, y doblemente fantástico si llego a ver a un tipo dos horas, mil horas, como un perro, estás mojado, ya no te quiero, así que decidí echar un ojito por la ventana, a ver si ya estábamos en tonos celestes grises o si hoy sería un atardecer tranquilo. No lo recuerdo muy bien. Imagino que sí, era 17 de febrero en Arequipa, y ya sabes bien lo que digo de esta nuestra ciudad, en febrero no hay soleados. Digamos, finjamos, que recuerdo que estaba lloviendo, [mucho daño no le hace a la narración] y mientras miro como poco a poco las calles se vuelven ríos y la gente se cubre con periódicos o maletines, la voz de una mujer se impone entre el murmullo general de La Bóveda. La sorpresa nos coge a todos, y guardamos un respetuoso silencio ahí mismo, y ahí, sí, es ahí que viene el recuerdo más fuerte, lo que abre mi cabeza cuando quiero contarte esta historia:

Strawberries, cherries and an angel's kiss in spring
My summer wine is really made from all these things


Dani llega con una carta en las manos, mientras yo permanezco con la mirada fija en el escenario, toda mi atención a su voz. A su herida, escucho que dice Dani.

- Qué bueno, ya empezó el show. Me encanta como canta esa mujer. Cada palabra suena como una dulce y lenta herida cuando ella habla.
- Dulce y lenta herida? Eso lo has sacado de algún libro.
- El amor, dulce herida.
- Néctar de verano también es una canción original en inglés?
- Sinatra. Te gusta esta versión a piano solo?
- Me gusta mucho.

Que no es una charla romántica? Bueno... No sé. De qué hablan los jóvenes hoy en día, ah? Jajaja. Las mismas cosas, presumiblemente nada románticas, seguro si se encuentran en la noche hablan de algo que vaya con qué hicieron en la mañana o si hablan en la mañana se preguntan como durmieron; y si se hablan dormidos, bueno, supongo que hablarse dormidos ya es romántico, no? Jaja. Dani se alisa un poco el pelo y también mira por la ventana [entonces sí estaba lloviendo]. Voltea a verme y me sonríe, mirando mi cara de leve desconcierto. "Siempre lees la carta al revés?" "Sólo cuando me entreno para leer documentos cabeza abajo" "Estás loca". Pero a Dani no le dije que la razón de tener la carta al revés era obvia: No estaba leyendo nada, la comida y la bebida eran lo último en mi cabeza, mis oídos tan concentrados en el escenario, y yo, sintiendo, siento que lo que menos quería era leer cartas o documentos cabeza abajo: La voz de esa mujer era demasiado absorbente, demasiado copante. Fue la única vez que yo la vi, y tal vez por ello tiene cierta fuerza extra en mi memoria. Para Dani fue la última; meses después, cuando volvimos, nadie nos supo dar razón de la cantante, o del pianista, o de la misma Bóveda. Pero me estoy adelantando: La Bóveda cerró puertas en ese periodo en que se me confunden las fechas, creo.

Take off your silver spurs and help me pass the time
And I will give to you summer wine
Mmm-mm summer wine


- Ayúdame a pasar el tiempo.
- Sabes inglés?
- Bueno, es por el trabajo, recién estoy aprendiendo.
- Qué linda.
- No, de linda nada, si no lo hago me botan de la agencia.
- You might as well get thrown off your agency, if they find out you're taking your coffee break in a place like this, with a guy like this, at an hour like this.
- Yes, my name is Gabriela. Pretty much to meat you.

Y esa primera vez que nos animamos a salir, era pasar el tiempo en momentos de ese tipo. No los recuerdo todos, seguramente Dani tampoco, la proverbial mala memoria de ese chiquito para las cosas 'triviales en la vida'. Pero en verdad, recordarlo todo exhaustivamente no tiene sentido, cuando es tan simple, y esa canción queda tan fuerte en mi cabeza. Puedo decir que recuerdo pequeñas cosas, pequeños detalles. Saliendo, se nos hacía tarde a los dos y buscamos un taxi en la noche: Imposible encontrarlo, imposible porque ahora él está estirando la mano, riendo al verme tan empapada a pesar de haberme dado su chompa para cubrir un poco mi peinado, irremediablemente arruinado. Está con la mano estirada y ningún taxi se detiene o nos hace caso o siquiera da signos de ver nuestra existencia. A pesar de toda la lluvia que se nos viene encima, él se ríe, y supongo que tú también te reirías al ver la escena, empapados de pies a cabeza o de cabeza a pies, en esencia, un día de febrero feliz. Me pego un poco a él, y lo cubro con la chompa, estirando mis manos para llegar hasta su cabeza. Las luces de los carros pasan una tras otra, mostrándome su cuerpo trémulo y algún estornudo suelto, llenos de nuestra risa nerviosa; finalmente interrumpida por un taxista que al fin nos presta algo de atención.

- Como si también los carros nos estuvieran toreando, no?
- Jajaja, sí.
- Bueno, al menos uno paró.
- Olé.
- Me gustó mucho todo.
- La pasaste bien?
- Sí.
- Me alegro. Me alegro.
- La canción... la canción fue lo mejor. Esa versión en piano, fantástica.
- Ah, Summer Wine es una canción inmortal. Ya te pasaré la colección Sinatra, pero de esa canción seguirán sacando versiones toda la eternidad. Tus hijos seguro bailarán con eso, probablemente en una medio electrónica o lo que sea que haya entonces.

Por eso, bueno, supongo que no, nada especial, nada romántico. La noche bajo la lluvia, dices? Hay otras, hay otras que sí las consideraría. Tres cosas que se me quedaron marcadas, creo que serían, sus lentes, la lluvia, la canción. No me preguntes porqué, los lentes los perdió unos años después, la lluvia que cae, al igual que los ríos en los que te bañas, nunca es la misma. Sólo la canción me trae esa memoria. O, sólo esa memoria me trae la canción, no sé muy bien. Pon esa canción, a ver si la encuentras.



Biyuinfo!

- Parte 1 de... eh... no sé. Varias.
- Grandes bloques de texto y pocas imágenes yeeeeee.

lunes, octubre 26, 2009





Hoy no quiero poesía experimental ni instrumental ni mucho menos ambiental

Hoy quiero un poquito de

Y bailar con animales vertebrados.

jueves, octubre 15, 2009

Yume Miru Kusuri: Una droga que te permite soñar

Yume Miru Kusuri obedece a las convenciones de las novelas visuales japonesas tan sólo en la superficie. Aventura de texto, un protagonista en edad escolar, tres chicas. Un dating sim, un shoujo game, para los entendidos, adolescentes y adultos por igual. Pero es tan sólo en la superficie: Las técnicas narrativas empleadas superan con creces éxitos como Ying-Yang o Clannad. Sí, Clannad.















Kouhei Kagami es un estudiante con excelentes calificaciones y una vida social normal, pero se siente vacío por dentro. La historia se inicia con un momento importante en su vida, donde tres chicas más deprimidas y solitarias que él se involucran en su vida y la convierten en una montaña rusa de emociones. Kouhei debe elegir a una de ellas o arriesgarse a que todas se pierdan en su propia desesperación. La trama demuestra algo que siempre dejamos de lado al momento de jugar un producto importado por JastUSA. Por regla general, una novela visual nos da un cierto camino a seguir, mostrándonos las posibilidades "románticas" con cada una de las coprotagonistas. Es potestad del jugador decidir qué escogerá, la chica tímida, la intelectual, la animosa, la irritante, etc. Digamos, hay 4 chicas por elegir, pues el juego tendra 8 historias posibles: 4 finales buenos, y 4 finales malos. De haber 5 chicas, habría 10 historias, 5 buenas y 5 malas, etc. etc. etc.
La diferencia en Yume Miru Kusuri, es que sólo hay tres finales, que fallarían en llamarse buenos o malos. Son más, una interpretación realista de las acciones; de la imposibilidad de la perfección en los actos, sea para quien sea.



Tempranamente se nos presenta la depresión crónica de la primera chica, Mizuki. Tempranamente se nos introduce a la violencia que sufre la segunda, Aeka, dentro y fuera de la escuela. Quizá engañosamente, pensamos que la última, Nekoko, le da el toque de inocencia a la historia, una niña que se describe a sí misma como un "hada del mundo de los sueños": No le toma mucho tiempo a Kouhei darse cuenta de la adicción terminal a metanfetaminas que sufre Nekoko, absorta en su propio mundo imaginario, fabricado para poder escapar de una vida que se le hace intolerable. Tenemos pues, depresión, autoestima y drogadicción.



Como ejercicio narrativo, podemos considerar a Yume..., un intento de llegar a la novela incompleta a partir de la novela completa, entendida como la elección consciente. Quiero decir, demostrar la carencia de una solución completa, el que elegir una ruta siempre aborta otras, y no necesariamente para "mejor". Sería estúpido discutir aquí la naturaleza de lo "mejor" y lo "peor", pero saber que al escoger una ruta condenas a las otras dos protagonistas a destinos trágicos, dice mucho de la percepción del autor sobre lo que es orientar nuestra ayuda, o aquellas cosas que escapan a nuestro poder de decisión; saber que Nekoko acabará vendiendo su cuerpo por más drogas, Aeka asesine a su familia y compañeros del colegio o Mizuki acabe con su vida desde el techo de un edificio en otra ciudad, es simplemente innovador, en el campo de las novelas visuales. Vienen a la mente los ejercicios de novelas en partes, los libros de make-your-own-adventure, pero Romeo Tanaka [quien actualmente colabora en la popular serie Infinity de Takumi Nakazawa] consigue adaptar adecuadamente las técnicas narrativas modernas a un mercado infestado por opciones de autotexto y pornografía de mala calidad. Tanaka logra una trama elaborada, con ligeros guiños y referencias a otras obras maestras del rubro, como Narcissu o Ever17. Tanaka nos muestra que "hacer algo", siempre involucra el "no hacer otras cosas". Este miedo a perder oportunidades resulta increíblemente conveniente para la novela visual: La posibilidad de empezar de cero y hacer las cosas 'bien' o por lo menos que sea más adecuado para cada jugador, es increíblemente satisfactorio.


Qué queda por decir? Cualquier novela visual en proceso debe de reconocer ciertas pautas. Felizmente, Tanaka se zurra en estas y ha creado un producto hermoso. Aunque aún lamento la muerte de Nekoko y la continuación de la violencia con Aeka, Yume Miru Kusuri: Una droga que te permite soñar no es sólo lo que promete a simple vista, aventura de caminos múltiples; es un fantástico ejercicio en narrativa nolineal, y una crítica ligera a la continuidad en la ficción. Una vez has seguido el sendero de Mizuki, es memorable el encuentro con Nekoko. Con las partes que quedan de ella, se entiende.


martes, octubre 13, 2009

Sobre el baile



Es entonces que tomo un poquito de ti sin arrugas ni dolores ni poemas en mi boca, blanco el pensamiento e intentado eliminar lentamente partes de otros en mi cabeza, y me arrastro criatura reptante en pliegues de tu cuerpo mientras nos reímos por algo que dije [hoy no puedo recordar], conforme mis dedos -inexpertos, no me crees- acarician tu cuerpo una y otra vez, sorprendidos por su súbita erudición los diez, los veinte. Los cuarenta. Me siento sofocado y yo intuyo que también tú lo sientes de ese modo, hago una pausa y tu aliento no es frío ni cálido ni tibio, ha escapado de cualquier temperatura en esta tierra tan hermosa a 23 grados eternos, yo ya tengo 21 y de eterno no me quedó ni la idea, absorto en la temporalidad tantas veces, tantas palabras escritas al viento sobre la naturaleza de nuestro tiempo juntos, pero no en ese momento, porque en ese momento se me ha prohibido estar absorto, pensando o lo que fuera; en ese momento siento que mi cuerpo está bailando, aunque digas que no es ninguno de mis diecisiete talentos, condenado a estar sentado oh un burro amarrado en la puerta del baile o quizás en medio de la fiesta, burro al fin y al cabo, está bailando de un modo que es desconocido pero una familiaridad tan extraña como repentina me lleva a pensar que seguramente sabe algo que yo no sé, algún conocimiento que no le ha enseñado nadie, velado al despertar consciente o acaso el maldito aprende muy rápido y tan rápidamente evitas que yo abra la boca y hable de eso -no arruines el momento, tanto me conoces para saber cuando decirme, stop- pues mis ojos suelen delatarme, o quizás mis labios esta vez, separándose lentamente cuando soy silenciado por otros que saben expresarse mejor que yo y empiezas a comerme en partes, no encuentro mejor manera de decirlo, Sebastián comido en partes, Sebastián en mil pedazos de su corazón en una habitación sin cuatrocientos golpes, tan sólo cuarenta dedos en un cuerpo que se mueve a un ritmo absurdo para él y el encanto de la novedad desaparece apenas por un segundo brevísimo...

- Yo-yo quisiera fotografiar el momento.
- Enfermo.
- No, no, o sea, fotografiar el instante del estado mental, la certeza absoluta de como me siento ahora, la pasajera sensación de---

Y nuevamente los labios que hablan mejor que yo me silencian devorándome, de otro modo imposible descripción, de este modo una simplificación que es sospechosa pero las palabras son -tantas veces te lo digo- son una comunicación menor, un rebajarse de nuestros actos a veintisiete caracteres permutados pero, repito, no son caracteres ni comunicación ni letras los que dulcemente me pierden en el baile donde los mejores instantes son los de imposible descripción y tal vez por eso lo de fotografía mental, tal vez por eso miro unos instantes al vacío cuando hay felicidad en el aire y la comparación no tiene sentido, ella que eres tú comiéndome y yo que soy él en un festín frugal, marca de ouroboros o catenaria simple que se balancea entre esos dos parantes que ya son los dos cuerpos parte o todo, integrante o equipo, bien en un ligero susurro al oído, las cosas que son las más hermosas porque nacen del instante jamás planificado y sientes que...

- Sigue.
- [ ]

Sientes que levitas y te alejas cada vez más rápido, cada vez más al ritmo de tu cuerpo del que te estás yendo, no es un abandono sino que presientes tan sólo una despedida brevísima La petite mort o la de verdad no se puede saber sin ser monje o francés pero enloqueces cuando a cada ocasión el ramalazo, el torrente, la ráfaga te golpea suavemente a veces en las rodillas o quizás también al final de la espina, tan suave y tan rítmicamente ambos, tan fuerte y tan desincronizados ambos, al principio y al final una palabra que se utiliza con tanta levedad en estos tiempos para tantas cosas que sé a qué me puedo referir cuando la sintonía es compleja entre los dos parantes que ya son una catenaria oh dios mío oh dios mío quisieras pensar o decir pero rara vez es Dios en el que pensamos en ese momento que tan próximo ya y las palabras que

- ...
- Ah.

Las palabras que tan próximas alguna vez no son ahora más que ideas olvidadas en un lugar en el que no estás o estás solo o estás con alguien y el cuerpo ya no eres tú, tu cuerpo soy yo, lo sé y mi cuerpo eres tú, si pudiera decírtelo en ese momento, mi cuerpo eres tú tú tú allí al final que es un principio o una muerte o lo mismo sin importancia, lamentable traducción a palabras esos momentos que tú. Esos momentos que yo. Esos momentos que tú.

Biyuinfo!

- This is Spartaaaa xD
- Me encanta True Faith, de New Order.