miércoles, febrero 07, 2007

Shhh... ahora habla Oswaldo Reynoso

Para entender esta partecilla... sean conscientes de q a don Lucho lo qieren botar de casa, junto a familia, muebles y mascota :D.

Y así como a don Lucho, mañana, a ti, también, pueden sacarte los muebles a la calle. Será como abrirte el estómago y dejar a la mirada pública, tus intestinos: lo más íntimo que tienes. Entonces, después de muchos años de trabajo, comprenderás que nunca tuviste un pedacito de tierra para vivir, que todo lo tuyo fue ajeno, que ni siquiera eres dueño de tu patria. Y todos estarán contra ti: los pobres sólo verán, desde lejos, tu desgracia; los ricos dirán que fuiste un hombre sin voluntad, que te faltó energía para conquistar un sitio en tu país. Y si reclamas, la fuerza del orden te acusará de rebeldía y, violentos, te enseñarán los deberes de todo buen ciudadano. La iglesia te aconsejará paciencia, humildad; los políticos te prometerán un cielo terrenal a cambio de un voto; los sabios te avergonzarán al demostrar que no supiste emplear la inteligencia para hacer fortuna; los poetas señoritos verán tus cosas en la calle y luego cantarán al geranio de tu maceta rota o a tu gato que juega sonámbulo con el sol; los escritores puros tomarán debida nota de tu tragedia y escribirán un cuento perfecto en donde tú sólo serás un personaje interesante para sus artificios verbales. Y será antiliterario, nada formal, para los críticos de los diarios de Don Manuel, dialogar contigo, a través de esta novela, decirte que la revolución socialista depende de la acción colectiva y consciente de todos los que, como tú, no tienen un pedacito de tierra en su país, para vivir.

Oswaldo Reynoso. En Octubre no hay milagros (1966)

Yo:
- Leyendo esa misma obra pz.
- Revisando un poema que destruí apenas leí el fragmento de arriba.
- Mandando a la mierda un par de relaciones.. parece q todo lo malo viene en pares.
- Bailando solito bajo la lluvia, y en su defecto, solito bajo la ducha.

viernes, febrero 02, 2007

Dos cosas: Un libro y Yo tb.

Primero yo.

Hoy me di cuenta que siempre estuve en la sección "otros" para la gente que me importa o importaba. Es decir, nunca hubo un sentimiento mutuo ni nada.

Luego el libro.

No lo he leído, pero Pablo habla maravillas de éste. Hago mi mejor esfuerzo. Marco Saoner ha publicado recientemente (2003) una nueva novela, titulada: "Viernes". El protagonista, (cuyo nombre no es revelado durante la novela) se encuentra absorbido en medio de uno de aquellos dilemas morales típicos, pero parece ser más una combinación de Chéspir y Cafeca. Es algo pesado recordar todas las partes, pero va más o menos como sigue:

- En los primeros capítulos (Primera parte), intercala historias comunes, prácticamente cuentos de 4 páginas (al peor estilo de Mario Vargas). Las historias narran lugares comunes ya tantas veces visitados por cultores del género (el cuento sexual, el de la pérdida de la inocencia, aquel con un inquietante transfondo homosexual, etc.) bajo distintos seres, que si bien inicialmente parecen no guardar relación, hallan cierto triunfo o desenlace "favorable".

- En la Segunda Parte, revisita a los personajes de la primera. Algunos capítulos quedan como una especie de "precuela", es decir, ocurren dos o tres años antes de la parte narrada anteriormente. Otros, son un epílogo, donde los tipos desarrollan su "triunfo" (Es increíble la sección, por ejemplo, en la que la lesbiana realizada y contenta durante su adolescencia tardía -en los primeros capítulos, un "triunfo"-, resulte regresando a la heterosexualidad al cumplir los veinticinco años). Más aún, uno solo de estos personajes nota que cierta inflexión, cierto rasgo del caracter de un personaje totalmente secundario (En su caso, el mendigo que le mencionó un par de palabras sobre el alcohol), haya sido la causa de su "victoria". El personaje resulta siendo consciente de que el triunfo en realidad es del mendigo, y no suyo. (Alguien dijo Almotásim??)

- La continuación se ve venir. Para este momento, el lector ya tendría que haber regresado a los primeros capítulos, y notar que los tan llamados triunfos de las personas, no son en realidad sino consecuencia de los actos de otro, pero también en cierta medida, de los suyos propios. La Tercera Parte es una sola, larguísima historia, de un tipo, desde que nace (a la David Copperfield o Great Expectations) hasta su temprana muerte (naturalmente, como un mendigo). El nombre nunca es revelado. Ni creo yo que fuera necesario.

- La cuarta parte es una suerte de explicación lamentable, aunque Pablo ve en ella toda la fuerza del libro. Es un solo capítulo, narrando el último día de vida de este personaje sin nombre. El lector entiende que todas aquellas consecuencias de vida, todos aquellos giros, todas aquellas realizaciones, solo ocurrieron en un día. Un día viernes para este tipo. Mención especial merecen las primeras palabras que aparecen en el libro:

Es otro viernes caminando solo.