sábado, noviembre 08, 2008

La mejor historia jamás contada en esta semana [Parte II de III - Comedy hour]

Ella se quedó mirando por la ventana del taxi los cuarenta y dos minutos del viaje. "Adiós a mis últimos quince soles", pensé. Estaba distraída, triste, esa clase de cosas que exigen de un narrador el lento detalle de los faros iluminando el suelo y tus ojos tan soñadores. Wevadas, pues, estaba distraída, triste. Le cogí la mano y pude sentir su pulso [Sí, sí. Me doy cuenta que hago muchas veces las mismas cosas, con las personas que invento y con las que me inventan]. Estaba, uno, uno, uno, uno, uno. Me miró aburrida y retiró su brazo. Silencio idiota, y ese pan de Dios del taxista decidió colocar la nueva Q, como para animar un poco el ambiente.

- Estanislao Mogollón, no?
- ...
- Estás triste por algo?
- ...
- Sabes, tampoco me gusta la cumbia.

El taxista apagó la radio y me dio una miradas que tan a menudo me botan, un "Sebas, si no sabes si la arreglarás mantén la puta boca cerrada." Llegamos a mi cuarto.

Se sentó frente a la mesa, y me miró. No supe que decir.

- Bueno, uhm... Qué se hace ahora?
- Ah?
- Tienes hambre?
- Yo nunca tengo hambre.
- ...
- Préstame tu laptop un segundo, tengo que enviar un trabajo.
["Derrota del romance por la responsabilidad. La historia de mi vida."]
- Acabaste?
- Sí.
- Genial. Vamos a ver una película. Además tengo que comprar un par de cosas en la farmacia, sabes.
- Es esto una envoltura de panetón?
- A veces me gusta comer panetón solo en una esquina mientras escucho Linkin Park, recordando lo mucho que odio al mundo y como mis gritos de dolor jamás serán escuchados por esta sociedad que no comprende a las almas libres que son como Chester y yo.
- Ja.
En ese momento sonrió mientras me miraba y yo pensé "Oh, sí, Comedy Hour saves the day again."
- Bueno, vamos.

La película era Noruega, [Debe ir con mayúscula?], y era un bodrio de terror el cual yo esperaba jamás tocaría tierras nórdicas. Cold Prey, was the name.



Me vi nuevamente creando argumentos para novelas, donde un cineasta noruego propone hacer una película de terror en medio de fondos blancos y basa al enemigo en el dueño de un refugio en las montañas. "La realidad supera a la ficción de Sebas, huh". Ella estaba concentrada en su celular, mensajeando unos informes de la Universidad, totally oblivious to the screen. "Me pregunto si se dará cuenta si de repente..."
El malo de la película apareció con un arma y me-ca-gué del miedo.

- Wah!
- Eh? -dijo, mientras apagaba el celular-. Qué pasa?
- La película da un poco de miedo -.-
En medio de tanto acento foráneo [Otra vez con las palabras raras con tilde], fue sanísimo oír su voz. Unos minutos después, visitamos el minizoológico al lado del cine. [Lo sé. Tampoco me parece una idea inteligente de posicionamiento, pero vaya a saber quien fue el genio tras la distribución del mall.]

- Parecías concentrado completamente en la pantalla. -La vaca da dos vueltas.
- Oh, sí, krafen blafen sofen rafen! Eine Morten Tobias! -Un pollito dice pío.
- Guðmundsdóttir! -Las cabras me dicen que vaya a algún lugar no especificado.
- No, ella es de Islandia. -Su voz es tan linda.
- Noruega, Islandia, es lo mismo. -Un Chanchito corría fugitivo en su corral.

- Sabes que cruzas la calle como niña?
- Tú también.
- Sí, siempre he dicho que moriré arrollado y el conductor clamará: "I thought he was a little girl!"
- Eso no parece un atenuante.
- Qué, ahora estudias leyes?
- No hay que ser demasiado aplicado para saber esas cosas.
- Oh, wiii, made in rock la próxima semana, wiiii.
- Verdad que engañas a jóvenes muchachitas clamando ser Punk, no?
- Eso no tiene nada que ver. También a hombres.

Las bromas eran exactamente lo que yo estaba esperando. Mi noenamorada caminaba rápido, fiel a todo lo que me dijo alguna vez. Entramos a mi cuarto.

[La novelería es inútil a veces, para describir ciertas cosas. O fácil van en otro capítulo.]

Al día siguiente salí, temprano, tempranito [Cosa de las once] y compré un panetón y una gaseosa con dinero que no tenía. Toda la tarde del domingo, ganándonos el mejor dolor de pancita posible, mientras los episodios de La Melancolía de Haruhi Suzumiya se sucedían en el monitor. Lindo, ah. El lunes, partió de vuelta.

Biyuinfo!
- Algo así como la cronología de ciertas series mencionadas, espero que la tercera parte esté a la altura de mis Biyuexpectativas.
- En la realidad lo estuvo.
- Tengo ahora dos envolturas de panetón y no sé que hacer con ellas.
- La felicidad es una perra algo egoísta.

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